sábado, 13 de junio de 2009

¿ESTAMOS CONDENADOS POR LOS FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR?

Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los países occidentales causando 17.5 millones de muertes en el mundo cada año. En Chile la enfermedad cardiovascular es responsable del 20% del total de fallecimientos, constituyendo la primera causa en hombres mayores de 35 años y mujeres mayores de 50 años. La razón obedece a un aumento de los factores de riesgo cardiovascular, muchos de los cuales pueden ser modificados, obteniendo un “estilo de vida saludable” que permite vivir más y mejor.



¿Qué es un factor de riesgo cardiovascular?



Gracias a muchos estudios se han descubierto ciertas CONDICIONES que desempeñan un papel importante en las probabilidades de que una persona desarrolle una enfermedad cardiovascular. Estas condiciones son de diferente índole y predisponen una persona a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades del corazón. Pueden ser signos biológicos, hábitos o estilos de vida que pueden aumentar la probabilidad o el riesgo de aparición de alguna enfermedad específica. Cuantos más factores de riesgo tenga una persona, mayores serán sus probabilidades de padecer una enfermedad del corazón.

¿Son modificables?



Existen Factores NO Modificables, son constitutivos de la persona la que siempre tendrá ese factor de riesgo y no es posible revertirlo o eliminarlo, pero la buena noticia es que existen factores de riesgo MODIFICABLES, que se pueden cambiar, tratarse o modificar con medidas muy sencillas, a través de cambios en el estilo de vida, obteniendo un perfil de vida saludable. El control del mayor número posible de factores de riesgo, mediante cambios en el estilo de vida y/o medicamentos, puede reducir el riesgo cardiovascular en forma importante.


Principales factores de riesgo MODIFICABLES




Presión arterial alta (hipertensión arterial o HTA):
El corazón, que es una bomba muscular, impulsa la sangre a través de las arterias ejerciendo sobre ellas una fuerza necesaria para que esta circule. La presión arterial está determinada por la cantidad de sangre que bombea el corazón y la resistencia que ofrecen las arterias a este flujo. El corazón funciona en base a ciclos, que tiene dos fases, Contracción o sístole y relajación o diástole. La presión sistólica es la presión máxima que se obtiene en cada contracción y la presión diastólica es la presión mínima durante la fase de diástole.

Con la HTA, el corazón realiza un mayor trabajo, con esto va hipertrofiando (engrosando) el músculo cardíaco y necesita consumir más oxigeno lo que aumenta el riesgo de infarto miocárdico o de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV).

Normalmente la presión arterial varía según la actividad y la edad. Aumenta con el ejercicio y con la edad, pero un adulto sano y en reposo lo habitual es que la presión sistólica sea menor a 120 y la presión diastólica menor a 80. Se considera a una persona como hipertensa, cuando su presión arterial habitual es superior a 140/90 mmHg. Las presiones arteriales sistólicas entre 130 y 140, y diastólicas entre 85 y 90 mmHg se consideran normales altas y deben ser controladas periódicamente por un médico.

La hipertensión arterial (HTA) frecuentemente una enfermedad completamente silenciosa, afecta a un gran número de chilenos y según diferentes publicaciones afecta a cerca de mil millones de personas a nivel mundial y lo mas malo de todo, es que cerca de la mitad de los hipertensos no saben que lo son, de aquí de la importancia de la toma de conciencia y de los hábitos saludables para reducir la incidencia de la enfermedad. Para el control de la HTA, es fundamental una dieta con bajo contenido de sal. Hay que recordar que los alimentos contienen sal (Sodio) normalmente, si a eso le sumamos la cantidad que ponemos al cocinarlos y más aun la que le ponemos directamente, la cantidad resultante es excesiva.

Colesterol elevado: Uno de los principales factores de riesgo cardiovascular es el colesterol elevado. El colesterol, una sustancia grasa normalmente transportada en la sangre y se encuentra en todas las células y por lo tanto es fundamental para el organismo. El hígado produce todo el colesterol que el organismo necesita y se obtiene colesterol adicional de alimentos de origen animal (carne, huevos y productos lácteos), sobre todo de los alimentos que contienen grasas saturada. La materia grasa de los productos lácteos y la grasa de la carne roja son algunos de los alimentos ricos en grasa saturada. Cuando la sangre contiene demasiado colesterol, éste comienza a acumularse sobre las paredes de las arterias formando una placa e iniciando así la aterosclerosis por lo que las arterias se estrechan. Cuando se acumula placa en las arterias coronarias que riegan el corazón, existe un mayor riesgo de sufrir un infarto.

Diabetes: La diabetes produce un aumento de la glucosa en la sangre, ya que el organismo no puede producir la cantidad suficiente de insulina necesaria. Los problemas cardiacos son la principal causa de muerte entre diabéticos. La Asociación Americana del Corazón (AHA) calcula que el 65 % de los pacientes diabéticos mueren de algún tipo de enfermedad cardiovascular, ya que el estado constante de hiperglicemia (niveles elevados de glucosa (azúcar) en la sangre) produce una arteriosclerosis acelerada, dañando progresivamente los vasos sanguíneos. La buena noticia es que el buen control de los niveles de glucosa en sangre puede reducir su riesgo cardiovascular, por lo que el control médico es fundamental.

Obesidad y sobrepeso: La obesidad implica movilizar más kilos para cada actividad diaria, por lo que significa que los huesos, las articulaciones y los músculos (incluyendo al músculo cardíaco) trabajan más. La obesidad es un problema serio de salud y presenta un marcado incremento en nuestro país, sobre todo por el gran incremento de la llamada comida chatarra. El peso excesivo puede elevar los niveles de colesterol, causar hipertensión, diabetes y se relaciona con baja actividad física, todo lo cual aumenta el riesgo de enfermedad arterial coronaria.




Inactividad física: Las personas inactivas tienen un mayor riesgo de sufrir un infarto que las personas que hacen ejercicio regular, de hecho el sedentarismo se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de las enfermedades cardíacas. El ejercicio quema calorías, ayuda a prevenir el sobrepeso y a controlar los niveles de colesterol (aumenta el colesterol HDL) y la diabetes, y disminuye la presión arterial y disminuye el estrés, considerado otro factor de riesgo. El ejercicio también fortalece el músculo cardíaco y hace más flexibles las arterias. Las personas que queman activamente entre 500 y 3.500 calorías por semana, ya sea en el trabajo o haciendo ejercicio, tienen una expectativa de vida superior a la de las personas sedentarias. Incluso el ejercicio de intensidad moderada es beneficioso si se hace con regularidad. La Asociación Americana del Corazón recomienda realizar entre 30 minutos diarios de ejercicios aeróbicos para reducir el riesgo de sufrir un infarto, pero antes de iniciar cualquier programa de entrenamiento físico, debe consultar con su médico para evitar accidentes.

Tabaquismo: El fumar es el factor de riesgo cardiovascular más importante, aumentando el riesgo de cáncer de pulmón y también en forma muy importante el riesgo de enfermedad cardiovascular y de enfermedad vascular periférica (enfermedad de los vasos sanguíneos de las piernas). Muchos estudios demostraron que la incidencia de enfermedad coronaria es tres veces mayor en los fumadores que en los no fumadores. Según la Asociación Americana del Corazón, más de 400.000 estadounidenses mueren cada año de enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Muchas de estas muertes se deben a los efectos del humo del tabaco en el corazón y los vasos sanguíneos.

Dentro de los principales efectos del tabaco tenemos:


La Nicotina produce liberación de Adrenalina, aumenta la presión arterial y producen daño en la pared interna de las arterias, lo que favorece el depósito de colesterol.
La nicotina además produce alteraciones de la coagulación, favoreciendo la formación de coágulos.

El tabaquismo aumenta los niveles de colesterol malo y reduce los niveles de colesterol bueno.

Fumar, acelera el pulso, contrae las principales arterias y puede provocar irregularidades en la frecuencia de los latidos del corazón (arritmia)

Fumar también aumenta el riesgo de un ataque cerebral.
Quizás lo positivo de todo esto es que el tabaquismo es el factor de riesgo más fácil de evitar.


Sexo: En general, los hombres tienen un riesgo mayor que las mujeres de sufrir un ataque al corazón aunque los estudios más recientes indican que estos riesgos son similares. Lo que pasa es que la mujer esta “protegida” por las hormonas como el estrógeno en el período pre menopáusico.


Herencia: Las enfermedades del corazón suelen tener un componente hereditario. Si hay familiares directos o cercanos con una enfermedad cardíaca antes de los 55 años de edad, la persona tiene un mayor riesgo cardiovascular. Otros factores de riesgo como la hipertensión y la diabetes pueden transmitirse de una generación a la siguiente.


Edad: Con la edad, la actividad del corazón tiende a deteriorarse, por lo que las personas mayores tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades del corazón. Con el paso de los años, aumenta el grosor de las paredes del corazón (hipertrofia), las arterias se endurecen y pierden flexibilidad y se deposita colesterol en ellas. Es por esto que aproximadamente 4 de cada 5 muertes debidas a una enfermedad cardíaca se producen en personas mayores de 65 años de edad.


Factores contribuyentes



Estrés: Está reconocido que el estrés aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular. Los investigadores han descubierto varias razones por las cuales el estrés puede afectar al corazón. Las situaciones estresantes aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, aumentando el consumo de oxígeno del corazón, lo que puede ocasionar una angina de pecho en enfermos del corazón. Por otra parte, el estrés también está asociado a una mayor ingesta de alimentos, consumo de cigarrillos y alcohol.


Hormonas sexuales: los anticonceptivos orales aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular y coágulos sanguíneos en mujeres que fuman o tienen otros factores de riesgo, especialmente si son mayores de 35 años.


Alcohol: Los estudios demuestran que el riesgo cardiovascular es menor en las personas que beben cantidades moderadas de vino (una copa por día). Pero el exceso de un consumo moderado de alcohol puede ocasionar problemas relacionados con la hipertensión, accidentes cerebrovasculares y arritmias.


Ideas Finales:

La vida es para vivirla… vivirla largamente y bien.La idea no es prohibir todo, lo que debe quedar como enseñanza es la MODERACION.No se trata de prohibir el asado del 18 de Septiembre, ni la torta de cumpleaños, pero tampoco es bueno hacer un asado cada fin de semana o comer pasteles todos los días. Por otra parte, debe quedar claro que comer sano, no significa comer mal, desabrido o mal presentado. Uno puede hacer excelentes comidas con productos frescos, saludables y apetitosos, utilizando más carnes blancas, pescados, cereales, aceite de oliva, frutas y evitando comer en exceso los alimentos ricos en grasas saturadas.Hacer ejercicio es saludable y entretenido, nadie esta pidiendo ser deportista de alto rendimiento, pero tener actividad física moderada es un beneficio para todos los ámbitos de nuestra vida.Nunca es demasiado tarde para cambiar el chip y mejorar la salud cardiovascular con una vida CARDIOSALUDABLE. Algunos factores de riesgo pueden ser controlados y otros no, pero si se eliminan los factores de riesgo eliminables y se controlan y tratan adecuadamente los que no pueden cambiar, se puede reducir considerablemente el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón.

Dr. Christian Espinoza S.
Cardiocirujano
Clinica Tabancura
Santiago de Chile
56 2-3954515